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Partiendo de la premisa de que la Medicina es una Ciencia y un Arte, y sabiendo que los profesionales de la salud están inmersos en el positivismo científico, se hace una revisión sobre la Teoría Cuántica y el famoso Gato de Schrödinger.
Una de las propiedades de la Teoría Cuántica es el Principio de la Incertidumbre, cuyo concepto es perfectamente explicable con la paradoja de Schrödinger, el cual es un experimento imaginario, concebido en 1935 por el físico Erwin Schrödinger.
Erwin nos propone un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo dado y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere.
Siguiendo la interpretación de Copenhague, mientras no abramos la caja, el sistema, descrito por una función de onda, tiene aspectos de un gato vivo y aspectos de un gato muerto, por tanto, sólo podemos predicar sobre la potencialidad del estado final del gato y nada del propio gato.
En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar modifica el estado del sistema tal que ahora observamos un gato vivo o un gato muerto. Esto se debe a una propiedad física llamada superposición cuántica que explica que el comportamiento de las partículas a nivel subatómico no puede ser determinado por una regla estricta que defina su función de onda. La física cuántica postula que la pregunta sobre la vida del gato sólo puede responderse probabilísticamente.
La paradoja ha sido objeto de gran controversia (tanto científica como filosófica), al punto que Stephen Hawking ha dicho: «cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola», aludiendo al suicidio cuántico, una variante del experimento de Schrödinger.
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Fuente de referencia: Revista Peruana de Obstetricia
y Enfermería - Lima Julio 2007 & Wikipedia.
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